
Será porque en nuestro país hace tiempo que las
noticias no nos dejan ver el lado bueno de las cosas, que cuando llega a la
cartelera una película sencilla que se
autodefine como buen rollista, se desata un entusiasmo entre los aficionados al
buen cine. Si esa película cuenta con una pareja atractiva, un director más que interesante y encima viene avalada por
un buen puñado de premios y nominaciones, entonces se podría decir que tiene el éxito asegurado. ¿Pero es para tanto?
