domingo, 2 de noviembre de 2014

Loreak; delicada joya del cine español


En esta ocasión, nuestro colaborador Álvaro Moral escribe sobre Loreak, un drama escrito por Jose Mari Goenega, Jon Garaño y Aitor Arregi, dirigido por los dos primeros, y estrenado con éxito de crítica en el último Festival de San Sebastián. 

Rodada en euskera, narra la historia de tres mujeres cuya vida se ve alterada por la presencia de unos enigmáticos ramos de flores. Esas flores harán brotar en ellas sentimientos adormercidos. Una película pequeña que, si tenéis la oportunidad de verla, no debéis perderos.

Loreak

por Álvaro Moral

Loreak es una historia dura y a la vez hermosa y sin fisuras. Ane (Nagore Aranburu) es una mujer casada que de un día para otro se encuentra recibiendo semanalmente ramos de flores de un desconocido (Egoitz Lasa). Lejos de inquietarse parece gustarle ya que su relación matrimonial está atravesando un bache. Pero un buen día deja de recibirlas. Es el comienzo de una curiosa historia de adulterio “floral” en la que cada una de las mujeres involucradas y unidas por este engaño amoroso conoce solo una parte de la historia.


"A la perfecta dirección de actores se suma el manejo de la luz de Javi Aguirre Erauso"

Otro diamante en bruto de esta película es el valor que se le da al tiempo. Es un ingrediente fundamental para poner a prueba los sentimientos que nacen del amor. Y es que la historia se alarga a lo largo de cinco años. Una zancadilla autoinfligida por sus directores que lejos de hacer pesada la historia es la solución y un riesgo para el espectador más disperso.




No quiero dejar de hablar del gusto con que está rodada la película, una delicadeza que se nota en el modo que los autores describen a sus personajes. Las tres protagonistas quizá pequen de tener horizontes limitados o quizá se deba a que el momento escogido sea aquel en que se encuentran en una encrucijada vital. Aprovecharse de esta situación hace que las decisiones emocionales sean las predominantes. El miedo, la ilusión, el o nuevo despertar son los motores de este curioso adulterio que arrasa con sus vidas. 

Tanto Garaño como Goenaga saben aprovechar la oportunidad pero no aprovecharse de ella. Me explico: tensar las emociones es todo un arte que hace una gran historia pero el artista sabe recolocarlas en su lugar al final de la historia. Y, en conclusión, el espectador que se acerque a esta película se encontrará con un gran final.

Bravo por esta joya.

Lo mejor: La interpretación de Nagore Aranburu como Ane.
Lo peor: que se estrenará en pocas salas y haya quien pueda minusvalorarla como una historia pequeñita.




2 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de verla, a ver cuándo me paso por el cine.

    Saludos.

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  2. Tengo ganas de verla. Me atrae la historia.

    Saludos!

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