viernes, 27 de febrero de 2015

Crítica Fuerza Mayor (Turist)


Hoy llega a nuestras pantallas Fuerza Mayor (Turist), una de las películas europeas más premiadas del año pasado. Entre otros galardones, la película del sueco Ruben Östlund consiguió en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla el Giraldillo de Oro a la mejor película. Para conocer un poco más sobre ella, enviamos a su pase de prensa a María Vaquero, del blog Memoria de Bolboreta y colaboradora en la revista Versión Original. Os dejamos con su crítica.

Fuerza Mayor (Turist)
por María Vaquero

Si en su anterior película (Play, 2011) Ruben Östlund jugaba con los prejuicios raciales de los espectadores, en Fuerza mayor (2011) pone en entredicho la autenticidad de los lazos que nos unen dentro del ámbito en el que nos sentimos más seguros: la familia.

Tomas (Johannes Bah Kuhnke) viaja a los Alpes franceses para pasar cinco tranquilos días de esquí con su hermosa mujer Ebba y los dos hijos que tienen en común, Vera y Harry (Clara y Vincent Wettergren). Todo parece marchar dentro de la normalidad que se supone en una familia feliz, acomodada y perfecta pero esta paz se rompe de la forma más inesperada, cuando un alud controlado está a punto de tragarse a la familia y Tomas huye para salvar su vida sin pensar en los suyos. A partir de este suceso somos espectadores de la evolución que sufre la familia, pero también somos interpelados acerca de la postura que adoptaríamos  nosotros mismos: ¿cuál sería nuestra reacción?



Desde el primer momento se aprecia una influencia evidente del cine de Michael Haneke, director que gusta de poner en riesgo la tranquilidad de núcleos familiares acomodados mediante un suceso que fragmenta esa seguridad en mil pedazos. Sin embargo, la propuesta de Ruben Östlund pone en juego otros elementos dado que, desde el inicio del film, ya intuimos que algo va mal: las fotografías que toma el insistente e invisible fotógrafo son muestra de que la familia no está tan unida como pudiéramos pensar en un inicio, al igual que la actitud de los pequeños, que parecen estar en permanente estado de alerta y enfado a partes iguales.

La historia tiene lugar en cinco únicos días, divididos en capítulos, durante los cuales la relación familiar se va deteriorando poco a poco. En un principio Ebba se muestra enfadada con Tomas pero pronto parece haber olvidado el asunto; poco después comprobamos que no es así: su mundo perfecto se está tambaleando una vez más, como comprobaremos, y ella no está dispuesta a permitirlo. El personaje interpretado por Lisa Loven Kongsli resulta ser el más interesante  y complejo, con un desarrollo que tiene lugar  gracias al cobarde comportamiento de Tomas. Ebba se muestra como la madre que protege a su familia ante todo, pero entendiendo el concepto de familia no sólo desde el punto de vista tradicional sino como la vida ansiada. Ebba no comparte la visión liberal de las relaciones que sí posee su amiga Charlotte (Karin Myrenberg), no quiere renunciar a ciertos valores ni a la seguridad que le ofrece un matrimonio estable, aunque sólo lo sea en apariencia. Por eso es capaz de mirar hacia delante de nuevo, eso sí, una vez satisfecha su venganza humillando a su amado esposo y probando su confianza. 
Dicho así pareciera que Ebba es una mujer injusta y cruel y, aunque podamos comprenderla, en cierto modo lo es cuando utiliza a la pareja de amigos como improvisados psicólogos para conseguir que Tomas asuma su culpa; la avalancha de nieve se les avecina ahora a ellos también poniendo en riesgo una relación que, esta vez sí, parece auténtica y que, finalmente, se rompe en pedazos.  
La familia protagonista de Fuerza mayor


Ruben Östlund propone un marco revelador, unos Alpes espectaculares pero gélidos como la relación de sus protagonistas, para mostrarnos un drama a través de una planificación que alterna la vida en el hotel y las pistas de esquí y esas avalanchas provocadas por detonaciones controladas que van puntuando el desarrollo de la trama, al igual que los compases del Verano de Vivaldi, cuyos violines actúan como mecanismo de alarma para el espectador.  Una aventura de cinco días narrada de forma circular que pone en entredicho las relaciones familiares, la confianza en los que amamos y la necesidad de aparentar que todo funciona. Todo ello bajo un punto de vista irónico, con momentos realmente dramáticos y escenas absurdas que sirven como contrapunto en un contexto de abrumadora belleza captada con acierto por la mirada de Fredrik Wenzel. 

"Una aventura de cinco días narrada de forma circular que pone en entredicho las relaciones familiares, la confianza en los que amamos y la necesidad de aparentar que todo funciona."

Lo mejor: el personaje de Mats (estupendo Kristofer Hivju) y los toques de humor que aporta, que logran que el drama no sea excesivo y provocan las carcajadas del espectador. 

Lo peor: algunas escenas, como la de la borrachera multitudinaria, que no se sabe a cuento de qué vienen.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todo comentario es bienvenido siempre que sea respetuoso y tenga que ver con el post en cuestión. Por favor, escribe en minúsculas. Gracias :)