jueves, 2 de abril de 2015

Entrevista a Jon Garaño, codirector de Loreak


Jon Garaño conforma con José María Goenaga el tándem de directores que han firmado una de las películas más destacadas de 2014: Loreak (flores, en euskera), que contó con dos nominaciones en la pasada edición de los premios Goya. Es más, de alguna forma pasará a la historia del cine español por haber sido la primera producción en euskera candidata al Goya a la mejor película. Fue también la primera cinta íntegramente rodada en lengua vasca que compitió en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián.

Loreak, de la que ya os hablamos en este blog, no logró el Goya pero sí ha obtenido, entre otros galardones, el San Pancracio 2015 a la mejor dirección, que otorga el Festival Solidario de Cine Español de Cáceres. Jon Garaño fue el encargado de recoger este premio en el transcurso de la gala de los premios San Pancracio, celebrada el pasado 14 de marzo en el Gran Teatro de Cáceres. Antes de la gala, Jon Garaño tuvo la gentileza de hablar para Cine en conserva.


Por José Manuel Rodríguez Pizarro
Redactor-colaborador de la revista de cine Versión Original
@JMRguezPizarro

¿Cuál es el origen de Loreak?

La primera idea fue de mi compañero, José María Goenaga, co-director y guionista. Él siempre dice que le surgió la idea de ver esa imagen de las flores en la carretera, que tiene mucha fuerza. Ves que detrás de esas flores hay un drama pero también hay algo misterioso, enigmático, que te hace pensar que puede haber una historia detrás de esas flores. El otro punto de partida de esta historia es que una mujer empieza a recibir flores semanalmente. Y la fuente de inspiración de la trama viene de la canción “Un ramito de violetas” de Cecilia. Canción y película tienen un desarrollo diferente pero la inspiración vino de ahí. Nos parecía interesante porque había una relación entre esas dos historias, aparecen unas flores misteriosas en las dos historias y el cómo reaccionan los personajes ante ellas tenía cierto paralelismo. Había un juego de espejos y ahí es cómo se empezó a construir la película.

"La fuente de inspiración de la trama viene de la canción “Un ramito de violetas” de Cecilia"

El papel de la mujer es muy importante. Hay tres actrices que destacan por encima del reparto, algunas de ellas muy conocidas en el País Vasco.

Son tres actrices para nosotros excepcionales. No son muy conocidas fuera del País Vasco pero allí sí que lo son. Ha sido una suerte trabajar con ellas. Con Itziar Aizpuru (la mujer mayor) ya habíamos trabajado porque fue la protagonista de nuestra primera película. En aquella ocasión era una señora de caserío que se ve envuelta en una historia de amor con otra señora. Era, como digo, una historia de amor entre dos señoras mayores; ella (Itziar Aizpuru) era la protagonista absoluta de esta película, llamada 80 egunean (En 80 días) (2010). Al haber un papel para una señora mayor en Loreak, estaba claro que tenía que ser para ella. De hecho, cuando José Mari escribió esa primera versión de Loreak y la leí había partes del diálogo que no eran de José Mari sino que se los había robado a la propia actriz. Tenía que ser ella.


Itziar Aizpuru, que sí se llevó un Feroz a mejor actriz de reparto
En el caso de Nagore Aranburu, ella era una actriz con la que queríamos trabajar porque nos gusta mucho, nos parece que es la actriz perfecta para hacer ese papel. Aún así le hicimos un casting, lo hizo muy bien y decidimos hacerlo con ella. Ha sido una experiencia curiosa porque Nagore, aparte de actriz, también es guionista, sobre todo, y ha dirigido obras en teatro y para TV. Entonces ha sido una forma de trabajar diferente, pensando desde atrás de la cámara. Nagore hace un trabajo excepcional, además difícil porque tiene que expresar mucho con poco y es algo a lo que a veces no se le da mucho mérito, y lo tiene.

Por su parte, Itziar Ituño es una actriz muy conocida en el País Vasco porque es la protagonista de Goenkale, una serie que lleva veintiún años en antena en la ETB, en la televisión pública vasca, y hace de policía. En Loreak hace un papel totalmente diferente. Al principio teníamos dudas con el personaje que hacía ella porque, por un momento, nos imaginábamos que tenía que ser una persona mayor pero al final nos convenció y decidimos hacerlo con ella, después de un proceso largo de casting. Ahora estamos encantados con el trabajo de las tres y de todo el reparto en general porque en una película si quienes están alrededor de los protagonistas no dan el nivel, de alguna forma, eso se contagia a los protagonistas. Son, por tanto, también dignos de cualquier elogio.

La película Loreak es también una forma de reflejar la realidad cultural, paisajística –a través de la iluminación– de lo que es el País Vasco, un ambiente del norte peninsular.

Nos lo dicen mucho e incluso a veces nos preguntan: ¿llueve tanto en el País Vasco? La respuesta es que sí y más. De hecho, llevamos un mes de febrero tremendo, que no ha dejado de llover. Y sí, es parte de nuestra forma de ser y eso también se transmite. La climatología, el ambiente, se mete en la personalidad. Para nosotros era también importante que transcurriese en esa época del año en que todo está más oscuro, hay poca luz porque incluso los personajes –a excepción del final de la película, que no vamos a desvelar, en que hay un poco más de luz– se sienten un poco así, como mirando hacia dentro, asfixiados. Creo que el ambiente también juega su papel en ese sentido, está reforzando de alguna forma lo que les está pasando y lo que están pensando.




miércoles, 1 de abril de 2015

Entrevista a Raúl Arévalo, en el marco del Festival Solidario de Cine de Cáceres 2015


Este blog acudió un año más a la Gala de los San Pancracio del Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, celebrada el 14 de marzo. De nuevo, Cáceres desplegó la alfombra roja y arropó a un nutrido grupo de representantes del cine español: desde el polifacético Santiago Segura hasta actrices como Bárbara Lennie, que recibió el San Pancracio a la mejor actriz por su interpretación en Magical Girl, pasando por directores de cine como Jon Garaño (Loreak), a quien pudimos entrevistar en exclusiva, o figurinistas de primera como la extremeña Montserrat Sancho que recibió el premio "Reyes Abades" por su trabajo entre costuras. 

Otro de los premiados (aquí puedes ver el resto: Premios San Pancracio 2015) fue el actor Raúl Arévalo, recompensado por fin por su trabajo en La isla mínima, la gran triunfadora en la última entrega de los Goya. Pudimos conversar unos minutos con él tras el encuentro que mantuvo con la prensa en el Gran Teatro de Cáceres. Desde aquí le agradecemos su amabilidad y sencillez al atendernos.

Entrevista realizada por María José Agudo Rodríguez

Me imagino que estarás muy contento por haber recibido el San Pancracio. Además, han recaído muchos premios en compañeros de reparto de La isla mínima, como es el caso de Javier Gutiérrez (Premio en el Festival de San Sebastián, Goya al mejor actor...), y ha sido un gran trabajo el que habéis hecho los dos actores protagonistas.

Me lo tomo como algo entregado con mucho cariño, teniendo en cuenta además que viene de una ciudad de provincias, que no es Madrid ni Barcelona, en las que a veces no es fácil que llegue determinado tipo de películas. Hay que sumar, por tanto, el hecho de que una ciudad como Cáceres organice este festival y se reciba tanto cariño y amor al cine y a la gente que hace cine. Lo recibo como una muestra de cariño y de apoyo a una carrera que, a mi edad, es una palmadita en la espalda, como diciendo “sigue por ahí”. La isla mínima ha sido uno de los trabajos más enriquecedores de toda mi carrera. De todos los trabajos he aprendido, pero de éste mucho: poder haberlo hecho con Alberto Rodríguez y de la mano de Javier, con todo lo que hizo por mí… Es uno de esos trabajos que guardas con más cariño y de los que más aprendí a nivel profesional y humano.

"La isla mínima ha sido uno de los trabajos más enriquecedores de toda mi carrera"



La isla mínima transcurre en la época de la Transición, en las marismas del Guadalquivir. Tu personaje, Raúl, representa la apertura frente al de Javier Gutiérrez, que está más anclado en el pasado, en el franquismo. ¿Cómo afrontaste la preparación de tu personaje?

La película la ensayamos mucho tiempo, un mes, que no es común en cine, y asesorados y dirigidos por Alberto, viendo documentales, leyendo mucho sobre el momento y sobre personajes similares. Fue un mes intenso de preparación y de investigación sobre la época y los personajes.

Además en un contexto muy particular: las marismas, que es casi un personaje más, un contexto que marca lo que le ocurre a los personajes, la desaparición…

El rodaje se hizo duro pero luego quedó todo muy bonito.

Si por algo destaca Raúl Arévalo es por su versatilidad y por tener una prolífica carrera en el teatro, el cine y la televisión. En 2006 te llegó uno tus grandes papeles hasta ese momento, en la exitosa ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo Azul Oscuro Casi Negro. Obtuviste el Goya a la mejor interpretación masculina de reparto por Gordos (2009). ¿Hay un medio que le tengas especial cariño? ¿Te desenvuelves en todos del mismo modo?

Depende del proyecto. Un actor donde más puede disfrutar es en el teatro pero no depende tanto del medio o del género sino de muchos factores: el guion, los compañeros, el director, el personaje, depende más del contexto.

Otra película que quizás no ha tenido tanta repercusión en 2014 pero en la que también participaste ha sido La vida inesperada, donde desprendiste química con Javier Cámara. ¿Qué puedes contarnos de ese proyecto, cómo te sentiste al rodarla en Nueva York?

Lo rodamos en Nueva York, que fue lo más chulo. Estuvimos dos meses rodando allí. Para un actor que se ha criado viendo películas que se ambientan en Nueva York, pasear en esta ciudad con una cámara delante… aquello fue muy bonito, fueron dos meses muy divertidos.